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sábado, 15 de septiembre de 2012

La Nueva Religión Mundial del Nuevo Orden Mundial, por Lucis Trust.org



La Nueva Religión Mundial (en las propias palabras de la Lucis (Lucifer) Trust.org de las Naciones Unidas) 

(El texto de este folleto está adaptado de dos libros de Alice A. Bailey – La Reaparición de Cristo La Exteriorización de la Jerarquía, publicados por la Compañía Editora Lucis Publishing de Nueva York y Lucis Press Limited de Londres).

El término “religión” es el nombre dado al llamado invocador de la humanidad y a la respuesta evocadora dada a esa demanda por la Vida Suprema.

El verdadero espíritu religioso está hoy más fundamentalmente activo que nunca. En todas partes, las gentes están preparadas para recibir conocimiento y esperan una nueva revelación.

Sólo los grandes principios fundamentales pueden satisfacer realmente las necesidades de la humanidad. En la nueva era, la religión deberá estar fundada sobre las verdades universalmente aceptadas. Estas son:

1. La realidad de Dios, trascendente e inmanente a la vez.
2. La relación del hombre con Dios, todos los hombres somos “hijos del Único Padre”.
3. La realidad de la inmortalidad y de la supervivencia eterna, que provienen de la divinidad esencial del hombre.
4. La Continuidad de la Revelación y los Acercamientos Divinos; Dios jamás ha cesado de enviarnos a Sus mensajeros.
5. La realidad de nuestra mutua relación; la fraternidad humana.
6. La Realidad del Sendero que conduce a Dios, hollado a través de las edades por los místicos, ocultistas y santos de todas las creencias.

La fuente de todas las grandes religiones y filosofías es "la Jerarquía espiritual del Planeta", cuyos miembros son llamados "los custodios del Plan divino".


Hoy son posibles otro gran Acercamiento a la divinidad y una nueva revelación espiritual. La humanidad espera la reaparición del Instructor del mundo, Guía de la Jerarquía espiritual, conocido en Occidente como el Cristo y como el Señor Maitreya en Oriente, y reconocido por las diversas y grandes religiones como el Mesías, el Imán Mahdi y Zaratustra.

La idea de una religión mundial y la fusión de las diversas creencias forman parte de los debates actuales. En el mundo futuro, todos los hombres de inclinación espiritual y de buena voluntad, celebrarán las mismas fiestas religiosas y aunarán sus recursos espirituales dando lugar a una invocación espiritual unánime y simultánea.

Dios opera de múltiples maneras, a través de todas las creencias y de innumerables intermediarios religiosos. El programa universal de la nueva religión mundial será establecido destacando las doctrinas esenciales, la unidad y la comunidad del espíritu.

La Nueva Religión Mundial

Los seres humanos buscan la liberación espiritual y la verdad en todas partes, y el verdadero espíritu religioso está fundamentalmente más vivo que nunca. Las agitaciones y conflictos que conmueven al mundo han alcanzado a la iglesia. Los eclesiásticos y los esclarecidos pensadores religiosos tratan de poner fin a los seculares problemas existentes entre las diferentes sectas, buscando hallar la verdad viviente que existe detrás de las formas externas. Las grandes religiones ortodoxas mundiales son relegadas rápidamente a un segundo plano en la mente de los hombres, al tiempo que éstos se aproximan a la realidad central espiritual.

Algunas de las preguntas planteadas por personas de inclinación espiritual, eclesiásticas o laicas, pertenecientes a todos los credos, pueden expresarse de la siguiente manera:

¿Por qué la Iglesia no ha podido detener la abrumadora expresión del mal evidenciado en la última guerra mundial?

¿Por qué la religión se ha mostrado incapaz de satisfacer las necesidades de la humanidad?

¿Por qué tantos guías .espirituales del mundo han sido incapaces de ayudar a solucionar los problemas del mundo?

¿Por qué los instructores cristianos, como exponentes del Dios de Amor, han sido incapaces de detener el acrecentamiento sin parangón, del odio en el mundo?

¿Por qué los instructores religiosos de Oriente, custodios de una psicología espiritual y de un arte del desarrollo individual, han sido incapaces de utilizar su sabiduría para sacar a su pueblo del hambre, de la pobreza y de las condiciones de vida degradantes?

¿Por qué la juventud rehúsa acudir a la Iglesia y no demuestra interés en aceptar las doctrinas que se les presentan?

¿Por qué surgen tantos nuevos cultos que desvían a la gente de las organizaciones ortodoxas de carácter religioso?

¿Por qué hay, en Occidente, un creciente interés en las teologías orientales, los diversos yogas, las enseñanzas budistas y los credos orientales?

¿Qué hay pues de erróneo en nuestra presentación de las realidades espirituales y las verdades eternas?

Podrían darse muchas respuestas. La más importante es que la presentación de verdad divina, tal como ha sido impartida por las iglesias de Occidente y los instructores de Oriente no ha evolucionado al mismo tiempo que lo ha hecho el intelecto humano. Al buscador todavía se le presentan las mismas viejas palabras o ideas, lo cual mentalmente no le satisface ni tampoco responden a su necesidad de ayuda práctica en un mundo tan difícil. Se le pide que crea y que no dude, pero no se le pide que comprenda; se le pide que acepte sin cuestionar las interpretaciones, y afirmaciones de otras mentes humanas que pretenden poseer y comprender la verdad. No cree que las mentes de sus instructores y sus interpretaciones sean mejores que las suyas.

No es el mal que prevalece hay en el mundo lo que constituye el obstáculo principal para la revelación y el desarrollo de la vida espiritual. Es el hecho de que las organizaciones religiosas, en el mundo entero, no han conseguido preservar la verdad en su pureza ni han podido evitar la idea fanática de que un individuo cualquiera puede interpretar la verdad y que esta interpretación debe ser, necesariamente, la única correcta.


Utilizando el lenguaje de la Cristiandad:

La Iglesia es hoy la tumba de Cristo, y la lápida de la teología ha sido llevada hasta la puerta del sepulcro. 

Sin embargo, no tiene ningún objeto atacar al Cristianismo. El Cristianismo no podría ser atacado, pues es, en su esencia aunque no de hecho, la expresión del Amor de Dios, inmanente en Su universo creado.

No obstante, las iglesias se han expuesto ampliamente a la crítica; la mayoría de la gente reflexiva se ha dado cuenta de ello, aunque lamentablemente, esas personas que piensan constituyen todavía una minoría en las iglesias. Pero cuando esa minoría pensante llegue a ser mayoría, determinará la eliminación de la Iglesia y garantizará la difusión de la verdadera enseñanza de Cristo.

Surge aquí el interrogante de si Cristo se sentiría cómodo en las iglesias si estuviera nuevamente entre los hombres. Los rituales y las ceremonias, la pompa y los ornamentos, los candelabros y el oropel, las distintas jerarquías: papas, cardenales, arzobispos, canónigos y curas, pastores y clérigos serian probablemente de poco interés para el Hijo de Oíos Quien, en Su simplicidad y cuando se encontraba en la tierra, no tenía siquiera un lugar donde poner Su cabeza.

¿Cómo puede socorrerse a los niños que mueren de hambre en todo el mundo, cuando se recolecta el dinero para construir catedrales y erigir más iglesias, cuando al mismo tiempo, en tantas regiones del mundo, las iglesias que existen, permanecen a menudo medio vacías? ¿Cómo puede hacerse frente a las necesidades espirituales e intelectuales de la gente, si los jóvenes que salen de los seminarios para orientar a la humanidad, están formados a la luz de interpretaciones que pertenecen al pasado? Es muy posible que Cristo haya considerado errónea e indeseable la vida separatista de las iglesias y la arrogancia de los teólogos quienes, de hecho, han dividido al mundo entre creyentes y no creyentes, cristianos y paganos, seudo-iluminados y seudo-ignorantes, y que Él considere todo esto como opuesto a lo que El mismo creía y enseñaba cuando decía: ''También tengo otras ovejas que no son de este redil". (Juan X, 16).

La presentación de la verdad religiosa en el pasado ha impedido el crecimiento del espíritu religioso; la teología ha llevado a la humanidad a las puertas de la desesperación; la delicada flor de la vida crística se ha marchitado en los oscuros meandros del pensamiento humano; la adhesión fanática a las interpretaciones humanas ocupó el lugar del vivir cristiano; millones de libros han deformado y oscurecido las vivientes palabras de Cristo; los argumentos y las discusiones de los sacerdotes han apagado la luz que trajo Buda y el Amor de Dios, tal como lo reveló la vida de Cristo, ha sido olvidado mientras los hombres se querellaban acerca de los significados de las frases y palabras. Entretanto los hombres agonizaban, morían de hambre, sufrían, pedían ayuda y enseñanza y, al no verse satisfechos, perdieron la fe.

Hoy, las personas de todas partes están en condiciones de recibir la luz; esperan una nueva revelación y una nueva dispensación. La humanidad ha avanzado tanto en el sendero de evolución, que estas demandas y expectativas ya no se plantean únicamente en términos de mejoramiento material, sino en términos de visión espiritual, verdaderos valores y rectas relaciones humanas. Piden enseñanza y ayuda espiritual conjuntamente con el alimento necesario, ropa y oportunidad de trabajar y vivir en libertad; enfrentan el hambre en grandes zonas del mundo y, con igual' congoja, experimentan también el hambre del alma.

No creemos equivocarnos si concluimos que esa congoja y demanda espirituales han ocupado un lugar preferencial en la conciencia de Cristo. Cuando Él reaparezca conjuntamente con Su Iglesia, hasta ahora invisible, ¿qué podrá hacer para satisfacer la insistente demanda y la intensificada actitud de percepción espiritual con las que se verá enfrentado? Ellos ven la situación en su conjunto. La suplica del cristiano pidiendo ayuda espiritual, la del budista pidiendo iluminación espiritual, y la del hindú pidiendo comprensión espiritual, unidas a la petición de todos los que profesan o no alguna fe, deben ser satisfechas. Las demandas de la humanidad se elevan hasta Sus oídos, y Cristo y Sus discípulos ignoran los prejuicios sectarios, de ello podemos estar seguros. Es imposible creer que se interesen por los puntos de vista de los fundamentalistas o por las teorías de los teólogos acerca del Nacimiento Virginal, la Expiación Vicaria o la Infalibilidad del Papa. La humanidad experimenta necesidades apremiantes y éstas deben ser satisfechas; solo los grandes y fundamentales principios de vida, que abarquen el pasado y el presente y provean un programa para el futuro, podrán satisfacer realmente esta invocación humana. El Cristo y la Jerarquía espiritual no vendrán a destruir todo lo que hasta ahora la humanidad consideró "necesario para la salvación", ni lo que satisfizo su demanda espiritual. Con la reaparici6n de Cristo, seguramente desaparecerá lo no esencial. Permanecerán los fundamentos de la fe sobre los cuales Él podrá erigir la nueva religión mundial que todos los hombres esperan. Esta nueva religión debe estar basada sobre las verdades que soportaron la prueba del tiempo y trajeron bienestar y seguridad a los hombres de todas partes. Estas verdades son::


1. La Realidad de Dios

Ante todo debe reconocerse la Realidad de Dios. Esa Realidad central puede ser denominada como el hombre quiera, de acuerdo con su inclinación mental o emocional y con su tradición racial y hereditaria, pues no hay nombre que pueda definirla ni condicionarla. Los seres humanos se ven obligados a denominarla de alguna manera a fin de expresar lo que sienten, perciben y conocen, tanto en el mundo fenoménico como en lo intangible. Consciente o inconscientemente, todos los hombres reconocen a Dios Trascendente y a Dios Inmanente. Sienten a Dios como el Creador y el Inspirador de todo lo que existe.

Los credos orientales siempre han puesto de relieve a Dios Inmanente, radicado en lo más profundo del corazón humano, "más cerca que las manos y los pies", el Yo, el Uno, el Atma; más pequeño que lo pequeño y, sin embargo, omniabarcante. Las creencias occidentales han presentado a Dios Trascendente, situado fuera de Su Universo, como observador. La noción de Dios Trascendente fue al principio predominante porque la acción de ese Dios Trascendente aparecía en la evolución de la naturaleza. Luego, en la Ley mosaica, Dios aparece como el Jehová tribal, como el alma de una nación. Después Dios fue considerado como el hombre perfecto, el divino hombre-Dios que caminó sobre la Tierra en la persona de Cristo. Hoy se pone el énfasis sobre el Dios Inmanente en todo ser humano y en toda forma creada. En la actualidad, las iglesias tendrán que exponer una síntesis de estas dos ideas que han sido resumidas por Shri Krishna en el Bhagavad Gita: "Habiendo compenetrado el entero universo con un fragmento de Mi mismo, Yo permanezco". Dios, mas grande que todo lo creado, y sin embargo, presente en sus partes más pequeñas; Dios Trascendente garantiza el plan de nuestro mundo y constituye el Propósito que condiciona todas las vidas, desde el más diminuto átomo, pasando por todos los reinos de la naturaleza, hasta llegar al hombre.


2. La Relación del Hombre con Dios

La segunda verdad que todos aceptan, no importa cuál sea la creencia, es la relación esencial del hombre con Dios. Inherente a la conciencia humana, con frecuencia incipiente e indefinido, existe un sentido de divinidad. "Todos somos Hijos de Dios" (Gl. Ill, 26) y "Uno es nuestro Padre, incluso Dios”, repiten el Cristo y todos los Instructores y Avatares en el transcurso de las épocas, pues "como Él es, así somos nosotros en este mundo", dice el Nuevo Testamento (I Juan IV, 17).

"Él está más cerca que el aliento, más cerca que las manos y los pies", canta el hindú. "Cristo en nosotros, esperanza es de Gloria”, es la triunfante afirmación de San Pablo.


3. La Realidad de la Inmortalidad y la Supervivencia Eterna

Tenemos en tercer lugar el sentido de la supervivencia, vida eterna o inmortalidad. Su reconocimiento es inevitable pues es parte de la reacción de la humanidad, como lo es el instinto de autoconservación. Con esta convicción interna enfrentamos la muerte y sabemos que volveremos a vivir, que vamos y venimos, sobreviviendo porque somos divinos y regimos nuestro propio destino. Sabemos que nos hemos propuesto alcanzar una meta y ella es "la vida más abundante" en alguna otra parte, aquí o allá, y eventualmente en todas partes.

El espíritu del hombre es inmortal; perdura eternamente y progresa de un punto a otro y de una etapa a otra en el Sendero de la Evolución, desarrollando en forma constante y secuencial los atributos y aspectos divinos. Esta verdad implica necesariamente el reconocimiento de dos grandes leyes naturales: La Ley de Renacimiento y la Ley de Causa y Efecto. Las Iglesias de Occidente se han negado oficialmente a reconocer la Ley de Renacimiento, y por tal razón han llegado a una encrucijada teológica y a un callejón sin salida posible. Las iglesias de Oriente han puesto excesivo énfasis sobre estas leyes, de manera que los pueblos están regidos por una actitud negativa y sumisa hacia la vida y sus procesos, basada en una oportunidad que se renueva constantemente. El cristianismo acentuó la inmortalidad, pero hizo depender la felicidad eterna de la aceptación de un dogma teológico: o bien practicas verdaderamente la religión cristiana, lo que te permitirá vivir en el cielo más a menos beatamente, o bien te niegas a ser un cristiano practicante cayendo entonces en un infierno absurdo. Ambos conceptos son hoy repudiados por toda persona reflexiva, sensata y sincera. Quien posee el verdadero poder de razonar o cree en un Dios de amor, no acepta el cielo de los eclesiásticos ni desea ir allí.

Mucho menos aceptará el "lago de fuego ardiendo en azufre" (Apoc., XIX, 20) o las eternas torturas, con las que un Dios de Amor se supone condena a todos los que no creen en las interpretaciones teológicas de la Edad Media. La verdad esencial: se encuentra en otra parte. "Lo que un hombre siembra, eso cosechará" Gal. VI :7), es una verdad sobre la que es preciso insistir de nuevo. Con estas palabras, San Pablo: expone la antigua y verdadera enseñanza de la Ley de Causa y Efecto, llamada en Oriente Ley del Karma.

La inmortalidad del alma humana y la innata capacidad del hombre espiritual interno para obtener su propia salvación, de acuerdo con la Ley de Renacimiento, en respuesta a la Ley de Causa y Efecto, son los factores subyacentes que rigen la aspiración y el comportamiento humanos. Ningún hombre puede evadir ambas leyes, pues éstas lo condicionan en todo momento, hasta que ha logrado la perfección asignada y deseada, y ha podido manifestarse en la tierra como un Hijo de Dios que actúa correctamente..


4. La continuidad de la Revelación y los Acercamientos DivinosOtra verdad esencial, y que aclara el trabajo planeado por el Cristo, está relacionada con la revelación espiritual y la necesidad que el hombre tiene de Dios y la que tiene Dios del hombre. Jamás la Deidad ha dejado a los hombres privados de Su testimonio. Siempre que el hombre ha demandado luz, la luz ha llegado. Nunca existió época, ciclo o periodo mundial en los que no se haya impartido la enseñanza, ni dado la ayuda espiritual que la necesidad humana demandó. Siempre que el corazón y la mente del hombre buscaron a Dios, la divinidad se acercó al hombre. La historia del género humano es, en realidad, la historia de la súplica del hombre por mayor luz y contacto con Dios, y también la llegada de la luz y el acercamiento de Dios al hombre. El Salvador, el Avatar o el Instructor del Mundo siempre han surgido del lugar secreto del Altísimo, trayendo al hombre una nueva revelación, una nueva esperanza y un nuevo incentivo para vivir una vida espiritual más plena.

Algunos de estos Acercamientos han sido de capital importancia, afectando a la humanidad en su totalidad; otros de menor trascendencia afectaron sólo una parte relativamente pequeña de la humanidad, una nación o un grupo. Aquellos que vienen como Reveladores del amor de Dios, proceden de ese centro espiritual al que Cristo dio el nombre de "Reino de Dios" (Mt. VI, 33). Allí moran "los espíritus de los hombres justos, hechos perfectos" (Hb., XII, 23); allí residen los Guías espirituales de la raza; allí viven, trabajan y supervisan los asuntos humanos y planetarios los Ejecutores del Plan divino. Se los denomina de distintas maneras: la Jerarquía espiritual, la Morada de la luz, el Centro donde moran los Maestros de Sabiduría y la Gran Logia Blanca. De allí proceden los Mensajeros de la Sabiduría divina, los Custodios de la Verdad tal como se halla en el Cristo y en Aquellos cuya tarea consiste en salvar al mundo, enseñar la futura revelación y demostrar la divinidad.

Una nueva definición de Dios nos fue dada cuando Buda enseñó que Dios es Luz y nos mostró el camino de la iluminación, y cuando Cristo nos reveló que Dios es Amor, por medio de su vida y servicio en la tierra. Hoy se va comprendiendo la iluminación como conocimiento, pero el significado interno del amor sólo es tenuemente percibido. Sin embargo, la luz y el amor han sido revelados al mundo por dos grandes Hijos de Dios.

Todas las Escrituras del mundo atestiguan la existencia de ese centro de energía espiritual. La Jerarquía espiritual se ha acercado constantemente a la humanidad, a medida que el hombre va siendo más consciente de la divinidad y más apto para entrar en contacto con lo divino.


5. La Realidad de nuestra Mutua Relación

Esta es una realidad espiritual fundamental como lo es Dios mismo, pues está vinculada al conocimiento que tenemos de Dios como Padre.

A esta relación la denominamos "fraternidad" y se expresa, o finalmente se expresará por medio de la comunidad humana y las rectas relaciones entre los hombres. Para esto trabajamos y la humanidad avanza hacia el establecimiento de esta mutua relación.

6. La Realidad del Sendero hacia Dios

El conocimiento de ese. Sendero fue garantizado para nosotros, a través de las edades, por quienes conocieron a Dios y que el mundo llamó místicos, ocultistas y santos. Ante los hombres que aspiran se abre el Camino. La historia del alma humana es la historia de la búsqueda de ese Camino y de su descubrimiento por aquellos que saben persistir. Estas seis verdades y realidades básicas han condicionado a las masas de los hombres durante eones.

En cada raza y nación, en cada parte del mundo y en cada clima, durante el interminable correr del tiempo, en el pasado sin límites, hay hombres que encontraron el Sendero que conduce a Dios; lo hollaron y aceptaron sus condiciones, soportaron sus disciplinas, confiaron en sus realidades, recibieron sus recompensas y hallaron su meta. Llegados allí, "penetraron en el gozo del Señor", participaron en los misterios del reino de los cielos, moraron en la gloria de la Presencia divina y, luego, retornaron a los caninos de los hombres para servir. El testimonio de la existencia de ese Sendero es el tesoro inapreciable de todas las grandes religiones, y son testigos aquellos que trascendieron todas las formas y todas las teologías, penetrando en el mundo del significado que todos los símbolos velan.

Estas verdades forman parte de todo lo que el pasado ha legado al hombre. Son nuestra eterna herencia, y en conexión con ellas no existe ninguna nueva revelación sino solamente participación y comprensión. Estas realidades nos han sido presentadas por los Instructores del Mundo, adaptándolas a las necesidades y capacidades de los tiempos. Forman la estructura interna de la Verdad Una, sobre la cual se erigieron todas las teologías del mundo, incluyendo las doctrinas y dogmas cristianos construidos alrededor de la Persona de Cristo y Su enseñanza.<

Hoy es posible otro gran Acercamiento a la divinidad y una nueva revelación espiritual, revelación que se cierne sobre el género humano, y Quien la traerá y complementará se está aproximando a nosotros. Ignoramos qué traerá a la humanidad este acercamiento. Con toda seguridad producirá resultados tan definidos como las precedentes misiones y revelaciones de Aquellos que vinieron en respuesta a los anteriores requerimientos de la humanidad. Un nuevo cielo y una nueva tierra están en camino. ¿Qué quiere significar el teólogo y el eclesiástico ortodoxo con las palabras “un nuevo cielo”? ¿No significarán estas palabras algo totalmente distinto y un nuevo concepto respecto al mundo de las realidades espirituales? Aquel que viene, ¿no traerá una nueva revelación acerca de la propia naturaleza de Dios? ¿Conocemos todo lo que se puede saber acerca de Dios? Si es así, Dios es muy limitado. ¿No será posible que nuestras ideas actuales acerca de Dios, considerado como Mente Universal, Amor y Voluntad, sean enriquecidas por alguna nueva idea o cualidad, para la que todavía no tenemos nombre, ni palabras, ni la más remota noción? Cada uno de los tres conceptos actuales de la divinidad, la Trinidad, eran completamente nuevos cuando fueron expuestos por primera vez a la mente o a la conciencia del hombre.

Desde hace algunos años la Jerarquía espiritual de nuestro planeta se ha aproximado a la humanidad, y este acercamiento es la causa de los grandes conceptos de libertad, tan caros al corazón del hombre. El sueño de la hermandad, comunidad, cooperación internacional y paz, fundado en las rectas relaciones humanas, es cada vez más real. También vislumbramos una nueva y vital religión mundial, un credo universal que tendrá sus raíces en el pasado, pero que pondrá en evidencia la belleza incipiente y la inminente revelación vital.

De una cosa podemos estar seguros: este acercamiento comprobará, en forma profundamente espiritual y sin embargo absolutamente real, la verdad de la inmanencia de Dios. La iglesia ha acentuado la Trascendencia de Dios, proclamando la existencia de un Dios creador que sostiene activamente su creación, pero que al mismo tiempo permanece exterior a ella como un observador insondable. Se debe demostrar que ese tipo de creador trascendente es falso, y esa doctrina ha de contrarrestarse mediante la manifestación de Dios en el hombre, esperanza es de gloria. Esto es lo que demostrará el Acercamiento inminente, el cual comprobará también la intima relación que existe entre Dios Trascendente y "Aquel en Quien vivimos, nos movemos y tenemos el ser", porque "habiendo compenetrado el entero Universo con un fragmento de Si Mismo, El permanece". Dios es inmanente en toda forma creada; la gloria que será revelada por medio de la humanidad es la expresión de esa divinidad innata en todos sus atributos y aspectos, cualidades y poderes.

La nueva religión mundial estará basada en la existencia de Dios, en la relación del hombre con lo divino, en la realidad de la inmortalidad y en la continuidad de la revelación divina, y también en la constante llegada de Mensajeros provenientes del centro divino. A estos hechos debe agregarse el comprobado conocimiento instintivo del hombre de que existe el Sendero hacia Dios, de su capacidad de hollarlo cuando el proceso evolutivo lo conduzca a entrever una nueva concepción de la divinidad y cuando habrá aceptado el hecho de Dios Trascendente e Inmanente en cada forma de vida.

Cuando miramos hacia el mundo de mañana y empezamos a preguntarnos qué forma deberá asumir la fe de la humanidad y qué edificio erigirá la capacidad de los conocedores para albergar al espíritu religioso del hombre, aparecen tres verdades fundamentales como agregados necesarios al grupo de verdades reveladas:
  • La demostrada existencia de una Jerarquía espiritual, cuya vida está consagrada al bien de la humanidad. Los Miembros de la Jerarquía son considerados como los Custodios del Plan divino y expresiones del Amor de Dios.
  • El desarrollo de la Ciencia de Invocación y Evocación, como medio y método de acercamiento a la divinidad.
  • La comprensión de que los cielos estrellados, el sistema solar y las esferas planetarias, son todas manifestaciones de la Vidas espirituales, y que la interrelación entre esas Vidas encamadas es tan real y efectiva como lo es la relación entre los miembros de la familia humana.

Invocación y Evocación

Estas son las verdades fundamentales sobre las que descansará la futura religión mundial. La nota clave será el Acercamiento Divino. "Acerquémonos a Dios y Él se acercará a nosotros" (Sq. IV ,8), es la gran exclamación de Cristo y de la Jerarquía espiritual que surge en tonos nuevos y claros.

El tema principal de la nueva religión lo constituirá el reconocimiento de los distintos acercamientos divinos y la continuidad de la revelación que cada uno de ellos impartió; la tareaque tiene hoy por delante la gente espiritualmente orientada es preparar a la humanidad para el inminente y, quizás, mayor de todos los Acercamientos. El método a seguir consistirá en el empleo inteligente y científico de la ciencia de Invocación y Evocación y el reconocimiento de su extraordinaria potencia.

El hombre invoca el Acercamiento divino de diferentes formas: por el incipiente y silencioso llamado, o por el clamor invocador de las masas, y también por la invocación planeada y definida del aspirante orientado espiritualmente, del trabajador, discípulo o iniciado sabiamente convencido y, en una palabra, por todos aquellos que pertenecen al Nuevo Grupo de Servidores del Mundo. Este grupo está vinculado por lazos subjetivos y es quien conduce a la humanidad hacia una nueva y mejor civilización.

La Ciencia de Invocación y Evocación ocupará el lugar de lo que ahora llamamos “plegaria” y “adoración”. No nos dejemos confundir por la palabra “ciencia”. No se trata de la cosa fría e intelectual de la que se habla frecuentemente, sino de la inteligente organización de la energía espiritual y de las fuerzas del amor, que cuando sean efectivas evocarán la respuesta de los Seres espirituales que puedan de nuevo caminar libremente entre los hombres y establecer una íntima relación y constante comunicación entre la Humanidad y la Jerarquía espiritual.

A fin de esclarecer lo expuesto podría decirse que la Invocación es de tres tipos. Tenemos, como ya se dijo, la demanda masiva, mantenida en forma inconsciente y el llamado clamoroso que brota del corazón del hombre en momentos de crisis, como en la actualidad. Este llamado invocador lo elevan incesantemente todos aquellos que viven en medio del desastre, dirigiéndose al poder exterior que, según ellos puede y debería venir en su ayuda en los momentos extremos. Esta grande y silenciosa nvocaci6n surge hoy por todas partes. Tenemos además el espíritu de invocación evidenciado por los hombres sinceros, cuando participan en los ritos de su religión y se valen de la oportunidad para orar y adorar en forma conjunta, y para elevar sus demandas de ayuda ante Dios. Este grupo, junto con la masa de hombres, constituyen un grupo inmenso de seres que invocan. Su intención unánime asume grandes proporciones en la actualidad y su invocación se eleva hasta el Altísimo. Finalmente están los discípulos y aspirantes entrenados, que utilizan algunas fórmulas verbales y ciertas invocaciones cuidadosamente definidas y, al hacerlo, enfocan el llamado invocador y la demanda de los otros dos grupos, dándoles la orientación y el poder correctos. Los tres grupos, consciente o inconscientemente, están entrando ahora en actividad, y su esfuerzo unificado garantiza la evocación resultante.

El nuevo trabajo invocador será la nota clave de la futura religión mundial, y se dividirá en dos partes. Por un lado habrá el trabajo invocador de las multitudes preparadas por las personas espiritualmente orientadas (que trabajan en las iglesias, dentro de lo posible, bajo la dirección de un clero iluminado), para que reconozcan el flujo de energías espirituales concentradas a través del Cristo y Su Jerarquía espiritual. También serán entrenados para expresar de manera adecuada su demanda de luz, liberación y comprensión. Por otro lado también existirá un eficaz trabajo de invocación, tal como es practicado por quienes han entrenado sus mentes mediante la correcta meditación, conociendo el poder de los mantrams, fórmulas e invocaciones y trabajan conscientemente. Utilizarán con mayor frecuencia ciertas grandes fórmulas verbales, que más tarde serán dadas a la raza, así como fue dado el Padre Nuestro por Cristo y, en la actualidad, la Gran Invocación por la Jerarquía.

Esta nueva ciencia religiosa, para la cual la plegaria, la meditación y el ritual han preparado a la humanidad, entrenará a los pueblos para presentar, en épocas definidas del año, la demanda de todos los pueblos del mundo que aspiran a entrar en contacto con Dios y una más estrecha relación espiritual entre sí. Cuando este trabajo sea llevado a cabo adecuadamente, evocará respuesta de la Jerarquía y especialmente de su Guía, el Cristo. Por medio de esta respuesta, la fe de las multitudes se convertirá gradualmente en la convicción de aquellos que conocen. De esta manera, las razas humanas serán transformadas y espiritualizadas, y los dos grandes centros divinos o grupos de energía, la Jerarquía y la Humanidad, comenzarán a trabajar en completa unificación y unión. Entonces el Reino de Dios estará en verdad y realmente en la tierra.

Evidentemente, sólo es posible indicar las líneas generales de la nueva religión mundial. La expansión de la conciencia humana, que tendrá lugar como resultado del inminente Gran Acercamiento, capacitará a la humanidad para captar no sólo su relación con la vida espiritual de nuestro planeta, con “Aquel en Quien vivimos, nos movemos y tenemos el ser”, sino que proporcionará también una vislumbre de la relación que tiene nuestro planeta con el círculo de vidas planetarias que se mueven dentro de la órbita del Sol y del círculo aún mayor de influencias espirituales que hacen contacto con nuestro sistema, a medida que éste recorre su órbita en el firmamento, a través de las doce constelaciones del Zodiaco. La investigación astronómica y astrológica ha puesto de relieve esta relación y las influencias que ejerce, pero las conjeturas subsisten, así como tantas estúpidas pretensiones e interpretaciones. Sin embargo, la iglesia siempre lo ha reconocido y la Biblia lo atestigua: "Las estrellas, desde sus órbitas, combatieron contra Sisera" (J. V, 20). "¿Podrás tú impedir las delicias de las Pléyades?”, (Jb. 38, 31). Otros pasajes confirman también esta afirmación de los Conocedores. Muchas fiestas eclesiásticas fueron fijadas en relación con la Luna o una constelación zodiacal. La investigación demostrará que ello es verdad, y cuando el ritual de la nueva religión mundial esté universalmente establecido, constituirá uno de los factores importantes que se deberá tener en cuenta.


Las Fiestas Espirituales

El establecimiento de ciertas Fiestas importantes en relación con la Luna, y en menor grado con el zodiaco, reforzará el espíritu de invocación con la resultante afluencia de influencias evocadas. La verdad contenida en toda invocación se basa en el poder del pensamiento y particularmente en su naturaleza, relación y aspectos telepáticos. El pensamiento invocador unificado de las multitudes y el pensamiento enfocado y dirigido del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo, constituyen una corriente ascendente de energía. Ésta llegará telepáticamente hasta esos Seres espirituales que son sensibles a tales impactos y responden a ellos. Su evocada respuesta, emitida como energía espiritual, llegará a su vez hasta la humanidad tras haber sido reducida a energía mental, y de esta forma dejará su impronta en la mente de los hombres, impartiéndoles convicción, inspiración y revelación. Esto ha ocurrido a través de toda historia del desarrollo espiritual del mundo y este ha sido el procedimiento adoptado al redactar las Escrituras del Mundo.

Luego, el mantenimiento de cierta uniformidad en los rituales religiosos ayudará a los hombres a reforzar el trabajo mutuo y a aumentar poderosamente las corrientes mentales dirigidas a las expectantes Vidas espirituales. En la actualidad la religión cristiana tiene sus grandes Fiestas; el budismo conserva otra serie de celebraciones espirituales, y el hinduismo tiene otras fechas sagradas. Cuando el mundo del futuro, esté organizado, todos los hombres de tendencia y. orientación espirituales guardarán las mismas fiestas sagradas, trayendo como resultado la unión del esfuerzo y la fusión de los recursos espirituales, además de una simultánea invocación espiritual, resultando evidente su potencia.

Habrá tres fiestas principales cada año, concentradas en tres meses consecutivos, conduciendo a un prolongado esfuerzo espiritual anual cuyo efecto se sentirá durante todo el año. Estas fiestas serán:
1. La Fiesta de Pascua. Es la Fiesta del Cristo viviente resucitado, el Instructor de los hombres y el Guía de la Jerarquía espiritual. Es la expresión del Amor de Dios. En ese día será reconocida la Jerarquía espiritual que Él guía y dirige, poniéndose el énfasis sobre la naturaleza del Amor de Dios. Esta fiesta será fijada anualmente de acuerdo a la primera luna llena de primavera (Aries), constituyendo la gran Fiesta cristiana de Occidente.

2. La Fiesta de Wesak. Es la Fiesta del Buda, el Intermediario espiritual entre Shamballa, el centro espiritual más elevado, y la Jerarquía. El Buda es la expresión de la Sabiduría de Dios, la Encarnación de la Luz y el Representante del Plan divino. La fecha será fijadla anualmente de acuerdo a la Luna llena de Mayo (Tauro), así como sucede actualmente, constituyendo la gran Fiesta de Oriente.

3. La Fiesta de Buena Voluntad. Será la Fiesta del espíritu de la humanidad que aspira llegar a Dios, trata de adaptarse a la voluntad divina y se consagra al establecimiento de correctas relaciones humanas. Será fijada anualmente de acuerdo a la Luna llena de Junio (Géminis). En ese día será reconocida la naturaleza espiritual y divina del género humano. En esta Fiesta, el Cristo ha representado a la humanidad durante dos mil años y ha permanecido ante la Jerarquía y a la vista de Shamballa como el Hombre-Dios, el Conductor de Su pueblo y “el Primogénito de una gran familia de hermanos" (Rm. VIII, 29). Todos los años, en esa fecha, Cristo ha repetido, ante la Jerarquía, el último Sermón del Buda. Por lo tanto, será una Fiesta de profunda invocación y demanda, de fundamental aspiración para establecer la hermandad y la unidad humana y espiritual, y representará el efecto que produce en la conciencia humana el trabajo realizado por el Buda y el Cristo.

Estas tres Fiestas son parte del Acercamiento espiritual de la humanidad, si bien no están relacionadas entre sí. Se está aproximando el momento en que las tres Fiestas se celebrarán en todo el mundo, gracias a lo cual se logrará una gran unidad espiritual, y los efectos de este gran Acercamiento tan inmediato en la actualidad, se estabilizarán por la invocación unida de la humanidad en todo el planeta.

Los restantes plenilunios constituirán fiestas menores, pero también serán consideradas de vital importancia. Establecerán los atributos divinos en la conciencia del hombre, de la misma forma que las fiestas mayores establecen los tres aspectos divinos. Estos aspectos y cualidades se llegarán a establecer y determinar por un profundo estudio de la constelación o constelaciones que ejercen una influencia particular durante esos meses. Capricornio, por ejemplo, llamará la atención sobre la primera iniciación, el nacimiento del Cristo en la caverna del corazón, y determinará el entrenamiento necesario para producir ese gran acontecimiento espiritual en la vida del individuo. Doy este ejemplo a fin de indicarles la posibilidad de obtener el desarrollo espiritual que ofrece la comprensión de estas influencias y dar nueva vida a las antiguas creencias, ampliándolas hasta sus mayores y eternas relaciones.

De esta manera las doce fiestas anuales constituirán una revelación de la divinidad. Proporcionarán los medios para establecer, ante todo y durante tres meses, un contacto con los tres grandes Centros espirituales, las tres expresiones de la divina Trinidad. Las fiestas menores pondrán de relieve la interrelación del Todo, elevando de esta manera la presentación divina de la verdad desde el nivel personal e individual al nivel del Propósito divino y universal; la relación del Todo con la parte y de la parte con el Todo será así expresada en toda su plenitud.

La humanidad invocará por lo tanto a la Jerarquía, el poder del Reino de Dios; la Jerarquía responderá y entonces se desarrollarán los Planes de Dios en la Tierra. La Jerarquía invocará, en una vuelta más elevada de la espiral, al "Centro donde la Voluntad de Dios es conocida", invocando así el Propósito de Dios. La Voluntad de Dios será complementada por el Amor manifestado inteligentemente. Para esto el género humano está preparado, y la Tierra espera.

De este modo, la nueva religión mundial será erigida sobre los cimientos de la verdad fundamental ya reconocida.



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